Wednesday 16 October 2013

Un uso neuroléptico

A raíz de un post de Tira los Muros

Sé que mi medicación antipsicótica te hace como más "intransitivo", y todo lo que diga a mayores pueda sonar a declaración de intenciones. Sin embargo, a pesar del mito, y en virtud de la innegable experiencia propia, esta droga (incluso a dosis altas) no exilia la iniciativa, mucho menos como para una vez adaptado ser un obstáculo en la vida diaria. Mi fármaco es una prótesis, no empobrece sino que relativiza y desanuda, modula en sí una densidad interior que tiende a eyectarse y enrejar afuera de uno. Por increíble que parezca después de una evisceración mental masiva, hace factible resolver la estructura del yo integrado en que cada cual existe. Que siendo uno lamentablemente solo ya parte de la vital, intocable y correosa viscosidad cerebral de donde ‘brotaba’, 'fluía' y encauzaba jerárquica una conciencia prístina (además de primordial sustento emocional del que se revestían nuestras concretas tramas sociales adultas), sea todavía posible reconstruirse relativamente indemne.

Dotarte de un significado indiciario y único, propio pero reflexivo que emerja alternativo de ese complejo aún esencial primigenio, constantemente asimilado y revaluado, que conforma una consciencia productiva. Recreando otra identidad (a partir de la fractura) tan funcional e intransferible que se encarnará igual de mágica y familiarmente que antes, con un sentido singular pero de finita continuidad. Evitando ex-tra-ñar tu personalidad. Y no se trasmute uno mismo en una psique errante que excreta inconcebibles y apremiantes extravagantes dentro aislándose fuera. Que, sin motivo conocido, distendido a la par que atomizado, multitud de tus fracciones más diversas terminen campando inhóspitas interiormente en una inaudita y ciega procesión de zombis que acabaría por desarticular y someter con el tiempo al resto subjetivo.

Aunque no sea nada fácil explicarlo, este medicamento o droga reparadora neutraliza toda esa morbosa e insidiosa destrucción, restaurando y fraguando las proporciones mínimas de una mente sana y reflexiva de sí.

Hay que vivirlo, por supuesto que usar un neuroléptico supone una sensación diferente de ir a pelo y que llego a entender se utilice como coartada victimista perfecta, ya que no implican ningún vigor afrodisíaco esperado sino de anclaje descondicionador. Con todo, el celo por la píldora únicamente feliz no deja de ser un escapismo frente al reto de afrontar una abismal hendidura que nadie podría haberse imaginado cuando fluías por entero. Hueco profundo, sí, pero, como casi todo en esta vida de avances, va a tener suelo, medida de sí mismo. Transformando un inasequible desafío personal en posibilidad.

Definitivamente, la tecnología de un neuroléptico no anula: es otra cosa. Medio maravilloso con el que saber volver del extrañamiento de ti y evitar quedarte allí para siempre (quizá) varado, es desde luego también un sabor que se lleva muy hondo. Que aparece y te llena. De adentros verdaderamente tuyos y que solayabas al no envolverte con su textura.

He sentido el Haloperidol blando y acerado, manejando más en corto mi psicomotricidad (y curiosamente menos eficaz en un episodio agudo) que la Olanzapina mucho más elástica y plástica, vislumbro. Iluminando ambos espacios interiores, antes ciegos. Sé de lo que hablo; es algo bastante sutil pero mucho menos que desear rectificar el rumbo con otra diligencia, envolvente, protésica y sin embargo benéfica.

Por todo esto también dudo, mucho, aunque se diga, que estos psicofármacos de cérea plasticidad, tupida pero productiva, puedan a largo plazo petrificar realmente alguna parte que sea noble de la masa cortical. Al menos mientras no optes por nutrirte pasivamente y con actitud conformista de su indiscutible techo adherente. Auspiciando muy probablemente la droga estabilidad aunque cimentada en la escasa diversidad. Con la mente realimentada pero libre y abierta en actitud mi apertura es mucho más sostenible. He vivido ya en eso otro. Y-es-la-NadaVasta.


(Reeditado, 2019)

No comments:

Post a Comment